Enseñándoles a planificar y a organizarse



Muchos niños en el hemisferio sur están empezando nuevamente un año escolar.  Después de unas largas vacaciones lo más probable es que a los niños con dificultades de aprendizaje les resulte tedioso arrancar de nuevo.

Debido a sus dificultades organizativas y sensoriales, necesitan de nuestra ayuda no sólo para comenzar enfocados, sino también para mantenerse así todo el año, usando estrategias de organización y rutinas que les permita mantener una estructura sólida, creando en el camino los hábitos necesarios para desempeñarse académicamente cada vez mejor.

Mientras están en la escuela siguen un horario y unas rutinas bastante dirigidas que les permite organizarse, sin embargo, suelo verificar con mis alumnos, que al salir a casa es cuando más se desorganizan:  Las tareas o actividades se les hacen eternas y no saben por dónde empezar.  Muchas veces lo que podrían hacer en poco tiempo, les toma muchas horas y terminan agotados y evadiendo sus responsabilidades.

Es importante que establezcamos para ellos unas rutinas para su trabajo en casa, el mismo que tiene que ser respetado cada día, porque de lo contrario, los resultados no serán los óptimos.
Es importante involucrarlos en la organización de sus rutinas, pero no dejarles a ellos toda la decisión de cómo organizarán su tiempo.

Empezarán por preparar un horario general para sus actividades de la tarde, desde que salen del colegio hasta la hora en que se irán a dormir.  Ellos podrán decidir si prefieren bañarse primero o tomar una merienda al llegar, o si tal vez mejor el baño lo harán antes de acostarse. El permitirle tomar ese tipo de decisiones y tomarlas en cuenta hace que se sientan que es SU horario y que quieran seguirlo.  En lo que no intervendrán es en si tendrán clases, terapias o en la secuencia que seguirán en el momento de estudio.

El ideal es que puedan contar con un espacio propio de estudio y que cada día lo hagan en ese lugar. Esta mesa o escritorio estará de preferencia arrinconado contra una pared para que lo que tengan a la vista no los distraiga y donde sólo colgarán una pizarrita acrilica que le facilite anotar tareas concretas o recordatorios.  Contarán con una caja de útiles para no tenerse que distraer buscándolos a la mitad de la ejecución de sus tareas.  Trata que ese escritorio no tenga nada más que lo pueda distraer.
Prepárale una caratilla que pegarás en esa pared delante de su vista donde le indicarás los pasos que deberá seguir desde que se sienta a trabajar hasta que termine el estudio escolar de esa tarde.
Cada uno tendrá actividades distintas según la edad.  Los mayores (a partir de 3er o 4to grado) tal vez deban entrar a ver sus tareas en el aplicativo del colegio a través de la computadora; de ser así, deberá empezar por esta actividad, enseñándoles  paso a paso cómo deberá hacerlo y anotando de ser necesario los pasos a seguir, así como que son los responsables de imprimir lo que sea necesario y anotar en su agenda las tareas pendientes. Los que no necesiten seguir ese paso, empezarán por revisar la agenda del colegio para determinar lo que tienen pendiente.  Cada día deberán revisar los cuadernos trabajados en clase, para verificar que hayan terminado con todo y para recuerden lo aprendido ese día.  Una simple revisión.
Luego anotarán, ya sea en la pizarra acrílica o en una hoja de papel, las tareas y estudios que deberán hacer.  Una vez anotadas, enséñales a enumerarlas decidiendo cuál harán primero y cuál harán después, para que puedan seguir un orden; de esta manera están planificando su trabajo y podrán guiarse.  El poder decidir en qué orden lo harán los hace sentirse involucrados facilitando su disposición a trabajar.

Una vez hecha esta planificación, pasarán a realizar las actividades paso a paso, tachando o borrando aquella que van terminando. De esta forma no sólo estamos ayudándolos a organizarse, sino que también estamos enseñándoles a cómo hacerlo.  En la medida en que mes tras mes siguen este sistema, irán creando el hábito de estudio.


Además,  deberá tener un folder donde dividirás los cursos con separadores.


Cada tema que vayan trabajando en clase,  lo deberán trasladar (con tu ayuda al principio) a un mapa conceptual, donde podrán hacer dibujos y usar colores.  Pueden hacerlo en papel, pero también utilizando una app que se llama simple mind, que la encuentras tanto para tablet como para pc.   Con esta herramienta ellos pueden hacer sus mapas sintiendo que están jugando, incluyendo fotos.

En el proceso de hacerlos es que ellos van elaborando la información  y estableciéndola adecuadamente en sus cerebros, aprendiendo a manejar la información, resaltando la información relevante.  Estos mapas los irán almacenando en su folder por curso.  Cada día dentro de su horario de actividades dedicará 5 a 10 minutos únicamente a leer sus mapas.  Sólo una lectura que no debería tomarle más de 1 o 2 minutos por curso.   Después de hacerlo cada día, ellos habrán incorporado esos aprendizajes sin darse cuenta. Cuando lleguen los exámenes, ya estarán preparados, sólo será necesario un repaso.  Cuando van siendo más grandes, el tener las ideas organizadas en un mapa mental les ayudará a estructurar la redacción de sus textos.
Para matemáticas y comunicación  yo siempre sugiero a los padres fotocopiar los libros de actividades que usan en el colegio, de manera que en casa, pueda dedicar unos 10 minutos diarios de práctica, realizando nuevamente algo de lo hecho durante la semana.
Nuestra cartilla que los guiará en los pasos a seguir deberá terminar con ordenar su mochila para el día siguiente.

Con nuestros chicos con dificultades en el aprendizaje todo es más lento que con el resto, sin embargo, al tener estructura, todo fluye mucho mejor.  Al comienzo podría costarle unas semanas acostumbrarse, pero una vez  establecida la rutina, verás cómo no sólo podrá cumplir con todo, sino que el estudio se le hará mucho más simple. Al tener constantes repeticiones cortas, el aprendizaje lo incorporarán mucho mejor.

Cuando mi hijo estaba en 2do grado no sabía decirme qué había hecho en clase y menos aún qué tareas habían porque no recordaba y tampoco las anotaba.  Le costaba  el copiado, y se dispersaba rápidamente.   Empecé por preparar unos papelitos como el que modelo que pongo para que la profesora de cada curso me indicara qué habían hecho y qué tarea había.  Así yo podía trabajar con él en casa de la forma que indiqué líneas más arriba.
Sin embargo, cuando pasó a tercero me propuse lograr a lo largo de ese año el que fuera capaz de anotar en su agenda lo que había hecho cada día.  Tenía un premio especial al final de la semana si recordaba hacerlo.  Como su interés especial son los animales, lo que más disfrutaba era que los viernes lo llevara a una tienda de mascotas o a ver patos en una laguna que hay cerca de la casa.
Llevábamos control con stickers de cada día que había anotado en su agenda lo realizado en clase. Sólo bastaba que pusiera o la página del libro, o si era del folder, el título.  En su agenda y a lo largo de todo el mes, le anotaba yo en cada día con colores los cursos que tendría a lo largo de cada día en orden, para facilitarle esta tarea.

Como buen Aspie, pegado a las rutinas, logró hacer suya esta dinámica que le ayudó mucho no sólo a estar conectado con lo que estaban haciendo, sino que también facilitaba mucho su trabajo en casa.  Llegó a ser el niño que mejor llevaba su agenda de todo el grado.

Esta ayuda visual les facilita el aprender a organizarse en sus actividades en el colegio porque le permite "ver" nuestras palabras.




¡CADA UNO TIENE RITMOS Y FORMAS DISTINTAS, PERO TODOS NECESITAN TENER MUCHA ESTRUCTURA Y ORDEN PARA LA EJECUCION DE SUS TAREAS ESCOLARES!



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