Dificultades de aprendizaje







Muchas son las personas que tienen dificultades de aprendizaje.  Estas dificultades tienen diversos nombres dependiendo de área del aprendizaje que presenta la dificultad.  Los más conocidos son la dislexia que es la dificultad en el aprendizaje de la lectura; la  discalculia, de la aritmética y la disgrafía de la escritura.  En muchas ocasiones no se dan por separado, sino que se influencian entre sí, y bien es sabido que no hay dos personas con dificultades de aprendizaje, iguales.

El ideal es identificarlas siendo aún niños para poder poner los medios y así facilitarles el camino.  Sin embargo, me he encontrado con adultos disléxicos.  Trabajo con adolescentes a quienes recién a estas alturas les ha sido identificada la situación y para quienes el camino ha sido muy complicado.   Han ido saliendo adelante gracias a otras habilidades y estrategias pero a un costo alto y aún siguen leyendo como niños de 6 años y en algunos casos, sin comprensión.

Estas personas tienen una percepción espacio-temporal distinta, que les genera una desorientación del cerebro que le dificulta el enfoque correcto de los símbolos que no son naturales al hombre, como las letras, números y  notas musicales. Tienen además una pobre motilidad ocular (movimientos del músculo del ojo) que genera que la lectura los canse,  los maree y hasta dé dolor de cabeza, lo que hace que quieran evadir la lectura a toda costa.
Los indicadores son variados.  Principalmente tienen un proceso muy lento para asimilar la lectura (tanto de letras como de números), la ortografía y la escritura.  Invierten símbolos, confunden el tiempo y el espacio, así como la secuenciación de ellos; se desorganizan y se les hace complicada la comprensión.   No es difícil de deducir que si les cuesta recordar los símbolos por si solos, les resulte  aún más difícil cuando se presentan en combinaciones sobre el papel en largas secuencias.

Pero como en todo, no hay reglas fijas. Puede ser que lean bien en voz alta y suenen coherentes, pero no entiendan lo que leen. Ponen mucho esfuerzo en la decodificación., limitando así su  comprensión. Algunos de ellos también presentan dificultades al escribir. Por lo general se espera hasta a los 8 o 9 años para dar un diagnóstico certero, pero yo soy de la opinión que ni bien uno nota algún indicador de dificultad,  no se puede esperar a tener un "diagnóstico oficial", sino que se debe empezar a poner los medios para facilitarles el camino. Trabajar sobre las características que presenta el niño sin perder tiempo.

Realmente es muy frustrante para ellos, aunque nada tiene que ver con su nivel intelectual, ni su capacidad para triunfar. Muchas veces esta constante frustración de sentir que no pueden como sus compañeros desencadena en problemas emocionales y de autoestima teniendo manifestaciones que parecieran no tener nada que ver con el aprendizaje.

Me he encontrado muchas veces con niños que preocupaban por cuadros emocionales inmanejables, mutismo, entre otros, y que al identificar un trastorno del aprendizaje como causa primaria y se trabajó por las rutas adecuadas, los cuadros emocionales fueron cediendo.  Fueron sintiéndose más seguros de sí mismos y entendiendo que necesitaba aprender de otra forma. ¡Es que el ser humano es un todo!

Para mí el primer paso para trabajar las dificultades en una persona, es involucrarlo a ellos mismos. Que entienda el porqué de lo que le sucede y cómo se va a trabajar.  Desde los 5 años y explicándoles la situación a un nivel simple y didáctico, acompañado de dibujos son totalmente capaces no sólo de entender, sino de involucrarse y ésto es necesario para que quiera trabajar con ganas.   Arrancando desde acá, se le quita a la persona un gran peso de encima, de no saber por qué el resto puede y ellos no.  Es que simplemente sus cerebros fueron cableados distinto, por lo tanto necesitan aprender distinto y esto no lo hace ni mejor ni peor que nadie.

Por lo general la enseñanza de las letras y números se da por las rutas visual y auditiva: Se leen, se dicen, se escriben y se repiten.  Pero... ¿Qué sucede si la persona tiene dificultades sensoriales que no se han sido identificadas y se da por hecho que no las tiene? Una consecuencia podría ser el empezar a presentar las dificultades en el aprendizaje.  Cuando veas que tu hijo o tu alumno no avanza igual que el resto, es momento de implementar estrategias para ayudarlo, lo hayan evaluado o no.  De hecho si tienes dudas, busca que lo evalúen en aprendizaje y a la par busca a un terapeuta ocupacional con especialidad en integración sensorial.

Enfócate en que el niño aprenda las letras y las logre hacer suyas desde varias rutas sensoriales: Visual, auditiva, táctil y propioceptiva.  Una vez logrado esto, haremos ejercicios y actividades para ayudarlos a integrar en su cerebro las distintas rutas por las que ha interiorizado las letras.  De esta manera su lectura y escritura empezarán a fluir poco a poco. Tienes que saber que la dislexia no se cura, porque no es una enfermedad, pero si se le ayuda a la persona a compensar las dificultades para que en lo sucesivo sea capaz de aprender muchos temas utilizando la lectura y escritura, así como las matemáticas.

Empieza a trabajar como si nunca hubiera visto ninguna letra: Desde las vocales. No importa que te diga que ya las conoce. Puedes dedicarle en casa un tiempo cada día o cada dos días a realizar estas actividades con tu hijo/a; lo importante es ser constantes.
Pregúntale cuantas formas de la letra "A" conoce, y que las escriba. Escríbele tu las que falten o corrige las que no haya hecho bien para que le sirvan de modelo. En una tablet o celular puedes bajar una aplicación de "sketch book", para que ahí con el dedo pueda escribir letras o repasar con distintos colores los modelos que tú le plantees. Deberás hacer lo mismo con cada letra.
Luego le pedirás que las haga en plastilina.  Acá estamos ayudándole a desarrollar la ubicación espacial con ayuda táctil. Lo más probable es que le cuesten algunas letras, no necesariamante todas, o tal vez si.  Donde veas que se atraca, deberás repetirlo en distintos momentos, hasta que veas que ya fluye.


La próxima semana te traeré el resto de estrategias para ayudarlos a incorporar los signos de forma que poco a poco vayan siendo capaces de usar la lectura y escritura para aprender como el resto de niños.













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