Integración Sensorial - 2a parte - Ayudas concretas
Convivir con un niño con desorden de integración sensorial puede
resultar bastante demandante y agotador. Muchas veces no tenemos idea del
porqué de sus reacciones, de sus comportamientos o el que no logren aprender
algo que parece simple. Ya sea su desempeño en lo cotidiano como
vestirse, ordenar su cuarto, hacer su mochila, organizarse, ayudar en casa,
empezar a estudiar, mantener la atención, etc., o en lo referente al
aprendizaje como memoria, percepción y demás habilidades básicas que no
permiten que integren en una sola respuesta lo que ven y escuchan.
Necesitamos tener claro que para ellos el vivir sin lograr integrar correctamente la información que llega a sus cerebros es agotador y frustrante. Muchas veces se sienten agredidos por la intensidad en que perciben los sonidos, las luces, los golpes, los olores, los sabores, las texturas, sus cuerpos y les genera muchísima ansiedad. ¡Niveles que a veces ni imaginamos! Ellos sólo se sienten mal, incapaces y que no logran las expectativas. No se trata ni de falta de ganas, ni de flojera, ni de engreimiento que es a la conclusión que llegamos a veces los que vemos desde fuera. Es la forma en que saben y pueden lidiar con lo que hay en sus mundos.
Como papás y profesores tenemos que estar observando y atando cabos para poderles dar la ayuda necesaria. Para mí, parte de esa ayuda, una vez que se tiene claro el panorama, es involucrarlos a ellos directamente. Explicarles qué es lo que sucede. A mí me resultó muy simple explicárselos usando el juego "Ponle la cola al burro". Primero con los ojos tapados y luego sin taparlos para que puedan darse cuenta de que los sentidos se necesitan entre sí. Ellos lo asumen de la forma en que los papás le venden la idea. Son ellos los que tienen que ir aprendiendo las herramientas que los ayudarán y acompañarán siempre. En la medida que las usan, van poco a poco teniendo el control de lo que les sucede y esto les permite tomar consciencia e ir compensando. Puede no soportar el ruido de una licuadora, pero si se le dice que él o ella decida si se quedará en la cocina o si se irá a otra parte, estoy segura que si decide quedarse, con total consciencia tendrá el control y aprenderá a manejarlo.
Otra herramienta clave es la anticipación y darles modelos de cómo deberán hacer las cosas. Que ellos sepan lo que se espera e irles enseñando paso a paso y permitirles que ensayen, se equivoquen y que vayan siendo capaces de hacer la planificación motriz necesaria a su propio ritmo. Si le resulta difícil ponerse un pantalón, por ejemplo, iremos enseñándoles que harán primero y qué harán después. Se le puede pegar en la pared un "paso a paso" (ya sea con dibujos o texto según sea la edad), que visualmente le ayude a repetir los pasos cada día. Darle tiempo y no apurarlos, felicitarlos y poco a poco habrán sido capaces de ponerse el pantalón rápido y dejar atrás esa dificultad. Este ejemplo del pantalón se deberá usar para absolutamente todo lo que necesita aprender a hacer. Muchas veces las mamás sobreprotegemos o lo hacemos para ganar tiempo, pero ellos no aprenderán. Cómo cuando ordenamos sus juguetes porque queremos terminar ya! Necesitamos cargarnos de paciencia y bajar nuestras revoluciones, porque cuando los apuramos, ellos se atracan como un computador cuando uno le da “enter” varias veces y no la deja procesar.
Me encontré una vez con un niño de 13 años que no sabía peinarse. Su mamá lo peinaba porque él no sabía hacerlo bien. También me encontré con
otro que a los 15 no sabía preparar una limonada, porque su mamá le decía que
chorreaba todo. Pero ¿Cómo van a aprender a "hacer" si no
les damos la oportunidad?
En la medida que van almacenando la información necesaria para la
planificación motriz van siendo cada vez más autónomos, y esa información
la usarán para otras cosas, generando nuevas conexiones neuronales. Si bien
necesitan que los protejamos en algunas situaciones que sabemos les resulta muy
complicadas de enfrentar, que no los expongamos o que les facilitemos las formas de
hacer algo, no debemos caer en la sobreprotección, porque no los estamos
ayudando a avanzar hacia la autonomía.
Por lo general, las personas con problemas sensoriales reordenan su pensamiento a través de sentir cambios de temperatura (táctil), peso (propioceptivo), balanceo brusco o muy suave (vestibular). Entonces tendrás que ir descubriendo por ensayo y error cuáles estrategias son las que más les sirve a cada uno para autorregularse.
La próxima semana continuaré con estas estrategias que te serán útiles
tanto para niños con diagnósticos
conocidos como con niños de quien no se tiene idea qué es lo que sucede, pero
que desempeñarse y aprender le resulta complicado.
¡Es
importantísimo respetar sus ritmos!
y
anticiparlos ante cada situación nueva o que le es complicada de enfrentar, diciéndole:
"¡Tu serás capaz de manejarla mejor cada vez!"
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