Integración Sensorial - 1a parte - ¿Qué es?
Decidí
empezar por este tema que es bastante amplio y apasionante porque en mi experiencia,
absolutamente todos los niños con los que he trabajado han presentado algún
grado de desorden en la integración sensorial. A mi modo de ver, todos los
niños con distintos trastornos comparten este déficit en mayor o menor
proporción y por esto, es importante tener nociones al respecto y creo que las
vacaciones escolares son buen momento para no entrar directamente a los tips
concretos, sino para plantear un poco los aspectos que están presentes cuando el aprendizaje escolar no fluye como debería, porque nos dará luces a la hora de ayudar a nuestros hijos.
Me ayudó a
entender el funcionamiento de la integración sensorial al compararla con el
tráfico: En Europa o USA todo fluye bien, los semáforos funcionan, todos
respetan, todos felices. Sería una comparación con una integración sensorial
adecuada. En Lima, es caótico, nada
fluye, todo se atraca, y es estresante. Algo
así sería una integración sensorial que está en déficit.
Los niños con dificultades de Integración Sensorial suelen presentar problemas de aprendizaje (dislexia, discalculia, disgrafía, entre otros), problemas conductuales, déficit de atención, retraso motriz o de lenguaje, problemas de comportamiento, entre muchas otras y como causa directa un impacto negativo en el desarrollo infantil. Las dificultades en la integración sensorial suceden cuando alguno de nuestros sistemas sensoriales no es interpretado (procesado) de forma correcta.
En realidad
todos tenemos algo de esto. Todos vivimos haciendo integración sensorial en
cada acción e interacción que hacemos y respuestas que damos y suele fluir
bastante bien, al punto que ni se nos ocurre dudarlo, es lo normal, lo de
siempre. Y si bien todos tenemos algo que nos fastidia, nos estresa o no
aguantamos, hemos sido capaces de compensarlo y llevamos una vida normal, sin
mayor problema. El
asunto se vuelve complicado cuando este déficit no permite a la persona
interactuar adecuadamente en el mundo, dentro de lo regular, no dando las
respuestas esperadas. Teniendo una conducta, un aprendizaje, unas emociones y
un desempeño cotidiano que nos hacen pensar que algo funciona distinto,
peculiar.
Los niños con dificultades de Integración Sensorial suelen presentar problemas de aprendizaje (dislexia, discalculia, disgrafía, entre otros), problemas conductuales, déficit de atención, retraso motriz o de lenguaje, problemas de comportamiento, entre muchas otras y como causa directa un impacto negativo en el desarrollo infantil. Las dificultades en la integración sensorial suceden cuando alguno de nuestros sistemas sensoriales no es interpretado (procesado) de forma correcta.
Las personas con desorden en la integración sensorial tienen la constante sensación que el mundo les agrede y muchas veces tienen actitudes que no comprendemos.
Unas veces funcionan excelente y al día siguiente no entendemos porqué no pueden hacer lo mismo de igual manera. Son de picos, de extremos, o muy bien o muy mal, o les fastidia mucho algo, o simplemente no lo sienten. Son hipersensibles o hiposensibles, no hay con ellos ni medias tintas, ni desempeño parejo.
Nos enseñaron siempre que nuestros sistemas sensoriales eran 5. Pues no es así: ¡Son 7! Los 5 que ya conocemos más 2 de los que no se suele saber mucho, pero que juegan un papel muy importante a la hora de que nuestro cerebro integre la información que le llega por todos los canales para dar respuestas adaptadas, o sea, respuestas como se esperan. Estos dos sistemas sensoriales "nuevos" son: El sistema propioceptivo y el sistema vestibular, ambos sentidos internos que actúan de forma involuntaria y no nos es posible ni observarlos, ni verlos. Sólo percibimos el resultado final.
El sistema propioceptivo brinda información al cerebro acerca de la posición que ocupa nuestro cuerpo en el espacio y que es percibida a través de las articulaciones y tejidos blandos. Todo el tiempo y sin que lo sepamos nuestro cerebro recibe esta información y al procesarla le permite integrarla con la información que entra por los demás sistemas y organizarla para dar una respuesta. Nuestro cerebro sabe perfectamente en qué posición está nuestro cuerpo todo el tiempo. Pero ¿qué sucede con una persona cuyo cerebro no puede llegar a recibir el estímulo enviado por sus ligamentos y articulaciones? No sólo no encontrará postura adecuada, lo cual lo mantendrá concentrado en encontrarla, sino que su cerebro no podrá interpretar correctamente la información que llega por demás sentidos.
El sistema vestibular brinda al cerebro la información referente con el movimiento, la gravedad, el equilibrio y la relación entre el cuerpo y el eje terrestre. Esta información es procesada en el oído medio. ¿Has visto alguna vez a niños o adultos inclusive que caminan en puntas? lo que sucede es que su eje corporal no está alineado con la gravedad de la tierra y esto tiene también una fuerte influencia en la forma en que su cerebro procesa la información que recibe.
Si bien conocemos el sistema táctil, lo que a veces no sabemos es que junto con los dos anteriores, son la base para que la integración sensorial se desarrolle de forma óptima, equilibrando a los otros sentidos.
Además de estos 7 sistemas sensoriales que interactúan entre sí, existen ciertos pasos que se dan en el cerebro para procesar a información y dar una respuesta.
Cada uno de estos procesos juegan un papel importante y se dan en fracción de segundos y basta que uno falle para que la respuesta deje de ser la adecuada. Es importante entender cada uno de los procesos que damos por hecho que funcionan correctamente:
Nuestra mente y nuestro cuerpo están constantemente en acción para dar respuesta a las demandas del mundo actual. ¡La información cada vez viaja con más velocidad! Las sensaciones, pensamientos y acciones que experimentamos, son procesadas e interpretadas gracias a la complejidad de acciones que nuestro sistema nervioso central lleva a cabo, y estas acciones reciben el nombre de integración sensorial. Sin embargo, en ocasiones esa información puede llegar con una intensidad muy pobre, muy intensa o distorsionada.
Podríamos entender el Sistema Nervioso Central como la puerta que conecta nuestro intelecto con el mundo exterior. Como podemos ver en el siguiente gráfico, a partir de la forma en que son interpretados los estímulos que transmiten los sistemas sensoriales, se van desarrollando las habilidades básicas necesarias, como la percepción motora, el desarrollo sensorio-motor, entre otros. A su vez estos desempeños se van afinando para dar como producto final el aprendizaje, las conductas y el desempeño cotidiano. Podemos deducir que la información que desde el principio entró mal, sólo podrá dar una respuesta equivocada.
Es interesante tomar conciencia que cuando un estímulo ha sido mal percibido, interpretado y almacenado, esta información queda a disposición para usos posteriores. Si sobre dicha información un nuevo estímulo es otra vez mal interpretado y mal procesado, podemos inferir que esta situación crecerá como una bola de nieve, generando cada vez más dificultades.
Estas dificultades de procesamiento sensorial se ven cada día más en las aulas. Niños que uno no sabe por qué se les hace difícil comprender y aprender, desempeñarse (leer, escribir, organizarse ellos y sus ideas, etc), permanecer tranquilos, atender sin distraerse, hacer las cosas a la misma velocidad que el resto, idear lo que hará, empezar a trabajar y terminar lo que empezó. Son niños que tienen dificultades para alcanzar los niveles de desarrollo esperados a su edad cronológica en la mayoría de las áreas, además de presentar reacciones atípicas a ciertos estímulos y situaciones cotidianas. Muchas veces les cuesta estar rodeados de mucha gente, se abruman fácilmente con el calor, la bulla, el exceso de estímulos visuales, la lectura, les cuesta manejar su cuerpo, hacer deporte, tienen miedo a que les caiga una pelota, entre muchísimas otras manifestaciones que en el día a día parecieran simples engreimientos. Muchas veces parecieran irresponsables, flojos o que no están motivados y no es más que la forma en que sus cerebros buscan relajarse y alejarse para sobrevivir. Observemos los pequeños detalles y no busquemos decretar rápidamente lo que sucede, sino más bien atar cabos sueltos para poder comprender qué está sucediendo y de qué manera le damos la ayuda que necesita.
Los problemas
de procesamiento sensorial o interpretación de los estímulos sensoriales están
relacionados con un mal funcionamiento neurológico, que no es lo mismo que una
lesión neurológica. Simplemente el cerebro no sabe trabajar de forma funcional,
porque no tiene las habilidades necesarias para integrar la información
sensorial. Como se lo expliqué a mi hijo a los 5 años: "Tus sentidos no saben
trabajar en equipo, pero les vamos a enseñar". Constantemente
estamos recibiendo estímulos de nuestro entorno, y debemos aprender a
interpretarlos de forma correcta para integrarlos a nivel neurológico y
alcanzar unos niveles de desarrollo óptimos.
Los terapeutas ocupacionales proporcionan terapia de integración sensorial a estos niños. que como consecuencia directa presenten dificultades en el aprendizaje y en el desarrollo en general.
Estos niños pueden jugar en un entorno libre y recibir gran cantidad y variedad de estímulos, pero no lo hacen de una forma organizada porque no pueden y por lo tanto no integran correctamente la información que reciben. Por este motivo necesitan un entorno con elementos especialmente diseñados y un juego dirigido que facilita el que aprenda a interpretar los estímulos de forma correcta y en medida que va lográndolo, sus respuestas van siendo más adaptadas y sus niveles de desarrollo y de aprendizaje van mejorando de forma evidente.
Los terapeutas ocupacionales proporcionan terapia de integración sensorial a estos niños. que como consecuencia directa presenten dificultades en el aprendizaje y en el desarrollo en general.
Estos niños pueden jugar en un entorno libre y recibir gran cantidad y variedad de estímulos, pero no lo hacen de una forma organizada porque no pueden y por lo tanto no integran correctamente la información que reciben. Por este motivo necesitan un entorno con elementos especialmente diseñados y un juego dirigido que facilita el que aprenda a interpretar los estímulos de forma correcta y en medida que va lográndolo, sus respuestas van siendo más adaptadas y sus niveles de desarrollo y de aprendizaje van mejorando de forma evidente.
Si bien la terapia es muy importante y los ayuda muchísimo, no es lo único. Como papás y profesores necesitamos tener estrategias para leerlos, comprenderlos y ayudarlos en el día a día tanto a ir desempeñándose lo mejor posible, como a mantener sus niveles de ansiedad bajos; a aprender a conocerse a sí mismos y lograr utilizar las estrategias que más les ayuda como herramientas que integren a su vida cotidiana, pero sobre esto trataremos la siguiente semana!
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